Cala Blanca Dos

Cala Blanca Dos
Este es nuestro pequeño velero, un Arcoa Sheriff de 20 pies de nombre Cala Blanca Dos. Esta primera experiencia bloguera la dedicaremos a contar las sensaciones que el contacto con el mar y con la navegación a vela nos ha producido a algunos que siempre se habían considerado de "tierra adentro"

sábado, 31 de mayo de 2014

VARADA Y PUESTA A PUNTO PARA NUEVAS EXPERIENCIAS

Ha llegado la revisión anual y el Cala Blanca Dos ha pasado unos días en el varadero para ponerlo a punto. Después de sacarlo una buena limpieza del casco dejándolo preparado para dar el antofouling. Tras el tratamiento antiósmosis del año pasado, tenía ganas de vararlo y comprobar el estado del casco. Pues estaba en perfectas condiciones, como se puede observar en la imagen, con una orza en sin apenas óxido.

  Casco y orza en perfectas condiciones, ni rastro de ósmosis


 Hemos aprovechado la varada para continuar con algunas pequeñas reparaciones. Así, hemos bajado el mástil, ayudado por Diego de Isdimar, era la primera vez que lo hacíamos y teníamos nuestras dudas, pero la maniobra ha sido extremadamente fácil. Hemos repasado toda la jarcia y sustituido algún elemento que estaba desgastado como la polea de la driza de la mayor, y polea de génova. Hemos repasado el mástil, lijando y pintando así como la botavara. Las crucetas estaban muy deterioradas, pensamos en un cambio pero como no encontramos unas por los alrededores optamos por desmontarlas, lijarlas y repararlas nosotros, después un pintado y han quedando como nuevas.


El mástil apoyado en la estructura del toldo bimini

Hemos encontrado una pequeña escalera (la tenía Andrés en el astillero entre mil cosas más) parecía muy estropeada pero después de pulimentarla quedó prácticamente nueva. Nosotros teníamos una de quita y pon, pero esta quedaba más firme y le daba un aspecto más marinero al velero por lo que decidimos colocarla en popa.


Aquí vemos a Andrés de Isdimar tras colocar la escalera



Otro de los aspectos que ha quedado bonnito y muy marinero ha sido el timón. Tras el lijado de la pintura que llevaba apareció la madera, con una caña de madera noble. Hemos lijamos y barnizamos la obra muerta. El timón lo solía sacar cuando el barco iba a estar algún tiempo sin navegar, pero decidimos dejarlo fijo por lo que se le aplicó antifouling a la obra viva.

 


Las velería es nueva, realizada por ADN-Nautica. Hemos pasado de un pequeño foque a una génova de 11metros cuadrados, la mayor también es nueva. Al aumentar la génova hemos tenido que cambiar el pequeño enrollador que llevaba por uno mayor. 
El 20 de mayo nos fuimos a probar la nueva velería, a primera hora de la mañana apenas hacía viento, lo que nos ayudó para poder montar las velas tranquilamente en puerto.  Ya a media mañana el viento comenzaba a soplar, viento de suroeste que arreciaba a medida que pasaban las horas. La verdad es que la navegación ha mejorado muchísimo. El velero ciñe mucho más, va mucho más rápido y se escora menos. Antes escoraba mucho, tanto que en un par de ocasiones ha llegado a entrar agua por la borda, a pesar de lo cual daba sensación de robustez y seguridad, pero nos obligaba a estar muy pendientes de las viradas para actuar de contrapeso. Me imagino que la escora la producía el foque tan pequeño que llevaba en centro vélico muy hacia proa. Ahora la nevegación era redonda, aparentando que vas en un velero mayor, sensación de gran robustez y seguridad, con un timón más blando. Teníamos poco tiempo y navegamos sólo un par de horas pero en ese tiempo sobrepasamos Villaricos. Con un poco más de tiempo habríamos comido en Villaricos o en Águilas.
Ya está preparado para navegar un año más y Mª José y yo deseando tener días par ello. Si podemos para el 11 de junio pretendemos bajar a San José.... ya iremos contando.

Nueva velería



Rumbo al puerto de Garrucha