Cala Blanca Dos

Cala Blanca Dos
Este es nuestro pequeño velero, un Arcoa Sheriff de 20 pies de nombre Cala Blanca Dos. Esta primera experiencia bloguera la dedicaremos a contar las sensaciones que el contacto con el mar y con la navegación a vela nos ha producido a algunos que siempre se habían considerado de "tierra adentro"

viernes, 11 de abril de 2014

VERANO 2013: NOS VAMOS A CARTAGENA

Desde finales de septiembre del 2012 hasta la primavera del 2013 no dejamos de navegar, al menos un par de veces al mer salimos por la bahía de Vera.
Después de la buena experiencia por Cabo de Gata para el verano del 2013 organizamos dos pequeñas travesías, una nuevamente al Cabo de Gata, utilizando para pernoctar el puerto de San José y otra hacia el norte hasta llegar a Cartagena.
La travesía de Cabo de Gata estaba prevista para septiembre pero el mal tiempo nos lo impidió, teníamos reservado el amarre pero desde el puerto nos llamaran para decirnos que había olas de 2,50 a 3 metros y que con este tiempo y nuestra pequeña eslora deberíamos de postponerlo.
En julio sí que pudimos realizar la travesía hasta Cartagena. Esta vez decidimos tomarlo con mucha más tranquilidad y dedicarle todo el tiempo que necesitásemos, así que planteamos pequeñas travesías diarias de alrededor de 15  millas pernoctando en los puertos de llegada: iríamos hasta Águilas, posteriormente a Mazarrón y por último llegaríamos a Cartagena. En la vuelta el mismo trayecto pero aprovechando que Águilas y Mazarrón tienen dos puertos, pernoctaríamos en uno a la subida y el otro a la bajada con la finalidad de ir conociéndolos todos para futuras travesías.
Fue otro viaje inolvidable, con lugares de fondeo increibles como Calabardina, Cala Cerrada, punta de Lobos, la Azohía, o el Potús.
Buenos recuerdos y buenas charlas con compañeros marineros que nos guiaron y aconsejaron observando que eéramos unos auténticos novatos. Bueno novatos sí pero enamorados del mar y de la navegación. Recuerdo las indicaciones del "Saleroso"  o los buenos consejos de los Prácticos de Cartagena.

Águilas al fondo

Puerto de Mazarrón


Baño en Cala Cerrada


Isla de las Palomas

Paseando a Cocó en Calabardina

Puerto de Cartagena



TRAVESÍA POR CABO DE GATA: SEPTIEMBRE 2012

Fue nuestra primera travesía en solitario. Íbamos María José, nuestra perrita Cocó y yo. Una travesía pequeña, sólo treintay pocas millas desde Garrucha al puerto de San José, pero para nosotros toda una aventura. Pasé días mirando la carta naútica y trazando la ruta. Mirando, fondeaderos, zonas protegidas del parque, nombre de cada una de las calas... vamos un verano de estudio para el viajecillo. Miramos previsiones, reservé atraque en el pequeño puerto de San José y cuando el viento era favorable partimos una mañana a las 7 horas con un viento del noereste de aproximadamente 12 nudos. Fue emocionante, navegar con el viento, seguir la ruta, tomar demoras, vamos parecía que estábamos atravesando el Atlántico, navegamos ininterrumpidamente con pequeñas paradas para contemplar el paisaje hasta la Isleta  del Moro donde fondeamos y comimos en el barco. Una sensación que no tiene precio. Después de comer y descansar un poquito nuevamente a navegar rumbo a San José, donde pasamos un par de noches fabulosas: buenos calas para fondear, puerto y pueblo precioso, buen pescado en los restaurantes del puerto y coincidimos con la celebración de una regata.... y a nuestra perrita le estaba gustando el plan, todo perfecto.

Aguamarga

Navegando por Cabo de Gata

LAS REFORMAS

En mayo del 2012 ya tenemos nuestro arcoa sheriff en el puerto de Garrucha, ahora toca ir conociéndolo navegando por la bahía de Vera y comenzar a reformarlo.
Han sido muchas las reformas que poco a poco le hemos realizado: lo primero fue unas maderas a la bañera, un lijado y pintado a la obra muerta, lijado y barnizado de maderas, apriete y sustitución general de la tornillería.
Continuamos con la instalación de electricidad batería, luz de navegación, luz interior y exterior, toma de corriente de 12 y 220 voltios... Defensas nuevas, instalación de quitamiedos, water químico, emisora, colchonetas nuevas para bañera, revisión del fuera borda.
Para el verano del 2013 pasamos la itb, y lo habilitamos para 5 millas pues sólo estaba para dos y se nos quedaba un poco corto. Lo sacamos al varadero y allí con la inestimable ayuda de Andrés y Diego de astilleros Isdimar de Garrucha nos dedicamos a lijar toda obra viva para ver el estado general de la fibra. Aparecieron zonas con ósmosis que tratamos con su lijado profundo correspondiente, secado y sellado. Dimos una mano de pintura antiósmosis y pintado total de la obra viva. Cala Blanca Dos quedó como nuevo. Dispuesto a seguir navegando.









Después de hacer alguna travesía para este año han continuado las pequeñas reformas: hemos construido un toldo bimini, añadido una pequeña cocina de gas, cambiado velas, construido un pequeño zambucho para el depósito de la gasolina, un nuevo colchón de viscolátex. Hemos lijado la pala y la obra muerta del  timón y ha aparecido una pala de madera noble tras mil capas de pintura. Ahora estamos organizando su nueva varada para dar antifouling y revisar la jarcia. Nuestro Cala Blanca Dos estará preparado para seguir navegando.




El Inicio

Las cosas ocurren sin razones aparentes. Nunca había pensado en tener un barco, mucho menos un velero. Pero un día decidimos comprarnos un apartamento y reconozco que no soportaba los largos días en la playa. Nadaba, buceaba, pero me faltaba algo. Un día, por puro aburrimiento, me decidí a leer sobre naútica, poco a poco la temática me comenzó a "enganchar", hasta que decidí prepararme para obtener el PER (patrón de embasrcación de recreo). Fui a la Manga del Mar Menor a hacer las prácticas de navegación y allí cuando desplegamos velas en un velero y apagamos motar sentí una sensación que jamás había sentido. Era como la libertada total, el contacto más íntimo con la naturaleza, desdse ese momento supe que tenía que comprarme un velero y esperaba que Mª José, mi mujer, pudiera experimentar la misma sensación.
A partir de este momento, pasé horas y horas navegando, esta vez por la red, buscando un velero que se acomodara a nuestro exíguo presupuesto. Buscábamos algo pequeño para iniciarnos, pero que nos diera la posibilidad de hacer rutas costeras. Un velero entre 20 a 24 pies (6 a 8 metros) y preferiblemente con orza fija, con lo que perdíamos acceso a la playa pero ganábamos en estabilidad.
Al final tras ver muchos por internet, en mayo del 2012 nos fuimos para la zona de Murcia donde habíamos contactado con algunos propietarios para valorarlos in situ. El segundo que vimos fue un arcoa sherif, un velero de 6 metros construido por Soma. Estaba fondeado en Santiago de la Ribera. El propietario no estaba y llegó Salva, un muchacho marinero con un remo al hombro que nos acercó hasta el Cala Blanca Dos. Era bonito, viejo, muy viejo, pero bonito. Sensación de robusto y amplio (mangudo) para su eslora, tenía un precio que podíamos pagar, y yo nada más verlo pensé en todas las mejoras que le podía ir haciendo poco a poco en esas tantas horas libres que tenía cuando estaba en la playa. No lo dudamos y nos quedamos con él.
Teníamos que llevarlo hasta Garrucha (más de 100 millas) y estaba claro que iría navegando, el presupuesto no daba para un trasporte por carretera. Además, ¿un velero no es para navegar?. Para esta primera experiencia de navegación nos acompañó Salva a Mª José y a mí. Intentábamos hacer el trayecto en un solo día pero el viento no acompañó, además la primera subida del puente en La Manga no era hasta las 10 horas por lo que la salida fue muy tarde, así que nos quedamos en Águilas. Fue una travesía preciosa, nuestra primera travesía, sólos en la mar, sintiendo el viento que nos llevaba, acompañados por delfines en las inmediaciones de Cabo Tiñoso.... una experiencia para vivirla y sentirla.

 Salva llevando el timón
Pasamos la noche en Águilas, devolvimos a Salva en coche a su casa y al día siguiente acompañados de nuestra hija Saray navegamos hasta Garrucha. Como el trayecto era corto echamos el día parando por las calas de Villaricos, bañándonos y disfrutando de nuestro nuevo juguete, hasta que por la tarde llegamos a nuestro puerto base: Garrucha.

Nuestra hija Saray en el puerto de Águilas


Bañándonos en una cala de Villaricos